La Taxonomía Verde Europea
La Taxonomía Verde Europea se basa en el “Reglamento de Taxonomía”, adoptado por la Unión Europea en junio de 2020. Este reglamento establece un marco para determinar qué actividades económicas son consideradas sostenibles en el contexto europeo. Su objetivo es proporcionar a los inversores y empresas una herramienta clara y coherente para identificar oportunidades de inversión sostenible y facilitar la transición hacia una economía baja en carbono y respetuosa con el medio ambiente.
Dentro de la Taxonomía Verde Europea, se definen ocho recomendaciones técnicas que se centran en los siguientes sectores clave:
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Energía: esta recomendación abarca la generación y el suministro de energía renovable, incluyendo la energía solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y de biomasa. También se consideran los sistemas de almacenamiento de energía.
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Industria: esta recomendación se centra en las actividades industriales que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, como la producción de acero, cemento, productos químicos y plásticos de baja huella de carbono.
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Transporte: se enfoca en el transporte sostenible, incluyendo la movilidad eléctrica, el transporte público eficiente, los combustibles de aviación sostenibles y la infraestructura de carga para vehículos eléctricos.
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Uso de la tierra y el agua: aborda la gestión sostenible de la tierra y los recursos hídricos, como la agricultura y la silvicultura sostenibles, la gestión del agua y la restauración de ecosistemas degradados.
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Uso sostenible y protección del agua y los recursos marinos: se centra en la protección de los recursos marinos y la promoción de la pesca sostenible, así como en la gestión adecuada del agua.
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Economía circular: esta recomendación se refiere a las prácticas de economía circular, que incluyen la reutilización, el reciclaje y la gestión adecuada de los residuos, con el fin de reducir el consumo de recursos naturales y minimizar los impactos ambientales.
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Prevención y control de la contaminación: aborda la reducción de la contaminación del aire, el agua y el suelo, así como la gestión adecuada de los residuos peligrosos y químicos.
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Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas: se centra en la conservación y restauración de los ecosistemas naturales, así como en la protección de la biodiversidad, incluyendo la conservación de hábitats y especies en peligro de extinción.
Estas ocho recomendaciones abarcan una amplia gama de sectores económicos y buscan promover la sostenibilidad en todas las áreas relevantes para la economía europea. La Taxonomía Verde Europea está diseñada para ser un marco vivo y evolutivo, sujeto a revisiones y actualizaciones periódicas para reflejar los avances científicos y tecnológicos, así como las necesidades cambiantes en la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente.
Reformas sostenibles para hogares eficientes: Reducción de impacto ambiental y mejora energética
Para evaluar y seleccionar materiales, productos y tecnologías utilizados en las reformas de acuerdo con los criterios ambientales de la Taxonomía Verde Europea, es necesario que tengan como objetivo la reducción del impacto ambiental y la mejora de la eficiencia energética en los hogares. A continuación, se presentan algunos criterios clave que se pueden considerar:
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Eficiencia energética: Los materiales, productos y tecnologías deben contribuir a la reducción del consumo de energía en los hogares. Esto puede incluir la instalación de aislamiento térmico eficiente, ventanas de alto rendimiento energético, sistemas de calefacción y refrigeración eficientes, iluminación LED, entre otros.
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Uso de materiales sostenibles: Se debe dar preferencia a materiales que sean renovables, reciclables o reciclados, y que tengan un menor impacto ambiental en su extracción, producción y eliminación. Esto implica utilizar maderas certificadas, productos con contenido reciclado, pinturas y revestimientos de bajo contenido de VOC (compuestos orgánicos volátiles), entre otros.
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Gestión responsable del agua: Los materiales y productos utilizados en las reformas deben contribuir a la conservación del agua y a la reducción del consumo. Esto puede incluir la instalación de dispositivos de ahorro de agua, sistemas de riego eficientes, griferías de bajo flujo, entre otros.
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Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero: Los materiales, productos y tecnologías deben minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a su producción y uso. Esto puede involucrar la elección de materiales de bajo contenido de carbono, como aquellos con menor huella de carbono en su ciclo de vida, así como la implementación de tecnologías que reduzcan las emisiones, como sistemas de energía renovable.
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Calidad del aire interior: Los materiales y productos utilizados en las reformas deben cumplir con estándares de calidad del aire interior, evitando el uso de productos que emitan sustancias nocivas o que puedan tener impactos negativos en la salud de los residentes.
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Durabilidad y vida útil prolongada: Se debe priorizar el uso de materiales y productos duraderos, que tengan una vida útil prolongada y requieran menos reemplazos. Esto ayuda a reducir la generación de residuos y el consumo de recursos.
Estos criterios ambientales pueden guiar la selección de materiales, productos y tecnologías en las reformas para cumplir con los objetivos de la Taxonomía Verde Europea, contribuyendo a la reducción del impacto ambiental y la mejora de la eficiencia energética en los hogares.